HACER DE LA CULTURA UN BIEN COMÚN
28 septiembre de 2025
  
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“No podemos acusar al artista panameño de desconocer la figuración necesaria de su rostro universal”.


Sin embargo, de dioses tutelares, salta al mar y a la selva, al conjuro de la intrincada selva de plantas y animales que pueblan el Istmo, recurso "último” cuando necesita recuperar su identidad de todos los días.”

Erik Wolfshoon



Anotaciones a una Consulta Ciudadanaña (Ciudad de las Artes, 25 de septiembre de 2025)



Le debemos a la Filosofía, y en particular a los trabajos de John Rawls Sens of Justice, el afinamiento – como rancios quesos- de la noción de bien, aplicada al derecho internacional y a la cultura.

Aparece en Resoluciones internacionales para proteger de la ruina y de la desmemoria a Sitios inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO.  Y, para mi gran sorpresa, trabajando, la intersección del derecho internacional con la filosofía, enfrentada al arma social letal de la discriminación.

Descubrirla en textos de Convenciones de derechos humanos que protegen segmentos de la población contra la violencia letal de la barbaridad destructora de dicha arma social de guerra.

Literalmente, es subversiva, esta revolución de “cultura como bien común”.  Construida ... ni siquiera por el arte y los artistas, aun cuando algunos entren en el combate, ...sino por la lucidez de la filosofía del derecho, al hacer entrar en el debate, el rol de la transversalidad entre derechos humanos  fundacionales  de la ..cultura, y de la educación.   Ese “rostro universal” del que habla Erik Wolfshoon, necesitado de una máscara identitaria en la cotidianidad. ¿Cinismo pragmático? ¿Juega vivo?

 

Exigencia que reclama la filosofía, hecha por mujeres, en esta guerra en contra de supremacismos de todos los calibres, colores e ideologías, religiones, etnias, géneros, edades, producción de comida, - que no de alimentos - despojo de recursos naturales, - tanto como de derechos humanos -

Rapiña por el agua, puertos y reclamos de pasos expeditos de barcos de guerra, como si fueran bienes del comercio mundial... Y talvez lo sean. - La guerra es también un comercio, hoy elevado al rango de “necesidad” global - contra el terrorismo, tráfico de personas y de drogas, migraciones devenidas ilegales-.

No está descubriendo el agua tibia, MiCultura al recoger el guante que UNESCO y su mandato de elevar las barreras de la paz en el espíritu de los hombres, le tiende.

Queremos ser optimistas.   Esta consulta ciudadana para el diseño del Plan Nacional de CulturaS, debería ser un paso importante, en la construcción de la tan anhelada transversalidad, de derechos, en un país de cuatro millones de habitantes.

Cacareando una cierta “neutralidad” de gallos finos - no queda claro si es aplicada al país y a su rostro universal- o a los disfraces “pragmáticos“ del cinismo transitista,  intentando recuperar patéticamente,  un sentido a la dura cotidianidad. Ver pasar y pasar y pasar.

Cuando en1996, UNESCO publicó lo que se conoció en el lenguaje mediático, como “el Informe Delors”.  Relatoría de una Comisión de Expertos que presidió Jacques Delors, se abre el paraguas de un “Pentágono” utópico, de protección de derechos.

Se quedó corto Delors, al definir la educación, no como un derecho cultural, de igual exigencia de implementación que los otros.  La definió como una utopía necesaria.

Celebro que, la Organización con Sede en el No. 7 de la Place de Fontenoy en París,  la “retome ” traducida en una absoluta necesidad de transversalidad en los diseños de estrategias que deberían ser comunes entre cultura-bien común -   por una parte.  Y educación, igual derecho cultural fundamental, por la otra. 

Aprender a ser – o  hundirnos en el no ser, de las apariencias – pelos, color de piel, vestimentas, cirugías...-  A envejecer, por encima del aburrimiento suicida...A vivir juntos.  Educación y deporte a lo largo de toda la vida. A conservar el patrimonio común de la humanidad- la gente junto con las piedras - .

Son todas vías de acceso a la cultura, en toda su inmensa riqueza: material, espiritual, simbólica, filosófica y de pensamiento

 “Tesoro escondido” que la educación está obligada a descubrir en cada ser humano, nacido en igual dignidad, dotados de inteligencias y talentos.

 Evitando reducirlo a un miserable derecho a “cuidado de vulnerabilidades” - personas mayores, niñas y adolescentes, personas con discapacidad”. Grupos étnicos o religiosos.

Recalentamos el agua tibia, para sumar al esfuerzo de esta consulta, el inmenso trabajo del Arq. Erik Wolfshoon,  1981-1984; bajo la dirección del Dr. Carlos Manuel Gasteazoro y Coordinación del Dr. Alfredo Figueroa Navarro.  Las manifestaciones artísticas en Panamá.  Estudio Introductorio y Antología. 1983, 513 páginas.

Finalmente, MiCultura y su compromiso de Plan Nacional, tiene hoy la gran oportunidad de reparar en justicia, memorias rotas, valores excepcionales universales arruinados, desplazamientos forzados de mano de obra “inútil” (silver rollers) ,  moradores del Casco Antiguo.  Borrados intencionales de nuestra historia patria. 

Dar un paso adelante en la transversalidad de los derechos de la gente, - económicos, civiles, políticos, sociales, sin excluir o despojar a nadie de accesos libres y gratuitos a las culturas.  Bien común de una y la misma humanidad...

 Si de veras se aspira a hacer de los derechos humanos, ejes estratégicos de desarrollo inclusivo y barreras de no discriminación, por ningún motivo. Dejar atrás a una “democracia plástica” excluyente y caricatural. La Hoja de Ruta está trazada.

A menos que se opte por seguir escarbando en el elitismo cínico y pragmático-corrupto de una oligarquía global – digitalizada - , a imagen del elefante hindú, enterrado en el pasado, o se opte por ese   Panamá, de la prostituta inmortalizada en la obra de teatro del recordado Jorge Alí Triana. I took Panama . Pagando millones, para que se hable de ella y de sus cirugías. Una marca país que no existe. Transita.

 


Voz de la Academia de Filosofía de Panamá.